Según me acercaba a la estación, un olor dulce me atraía irremediablemente. Miré por todos los lados, busqué a derecha e izquierda. Sabía que había una pastelería cerca.
Me olvidé del bus y de mi marido. Mi única preocupación era encontrar aquel sitio de donde salían aquellos olores. ¡¡aaaaaaaaay que olores!!.
ALLÍ ESTABA, allí estaba la pastelería, allí se escondían los pasteles, allí estaban la miel, los pistachos, las nueces. Alli estaba mi perdición. Me acerqué decidida a comprar y a probar aquellas delicias. Todo señalaba que iba a estar buenísimo. Compré, por supuesto, la baklavá y otros dulces típicos.
¿¿A qué sabían los pasteles?? no lo puedo ni describir. Simplemente, sabían a GLORIA. Así que de vuelta a casa, decidí buscar la receta y encontré en un libro de cocina griega algo parecido a lo que estaba buscando. Hice algunas modificaciones y el resultado es la receta que os pongo aqui.
Ingredientes:
12 láminas de pasta filo
80 de mantequilla derretida
250 g nueces picadas en trozos medianos
1 cucharada de azúcar
1 cucharadita de canela molida
1/2 cucharadita de clavo molido
Para caramelizar la manzana: 1 manzana grande, 3 cucharadas de azúcar, 20 g de mantequilla.
Para el almíbar: 225 g de miel, 2 cucharadas de zumo de limón, 150 ml agua.
Preparación:
1. Preparamos la manzana caramelizada: en una sartén, ponemos la manzana pelada, descorazonada y cortada en trozos junto con el azúcar y la mantequilla y dejamos a fuego medio hasta que se caramelice. Dejar enfriar.
2.En un bol, ponemos las nueces picadas junto con la cucharada de azúcar, la canela y el clavo.
3. Cortamos las láminas de pasta filo en mitades longitudinales. Engrasamos una fuente rectangular de cristal ligeramente con mantequilla derretida.
4. Forramos la fuente con una lámina de pasta y la pintamos con un poco de mantequilla derretida. Repetimos la misma operación con la mitad de las láminas de pasta untando con mantequilla cada vez que ponemos una lámina. Ponemos la manzana caramelizada y las nueces. Cubrimos con el resto de las láminas untándolas con mantequilla y remetiendo los bordes.
5. Con un cuchillo afilado, marcamos la pasta filo en 12 hasta 15 cuadrados dependiendo del tamaño de vuestra fuente. Ponemos la masa en el horno precalentado a 180ºC durante 30 min (si se dora demasiado rápido, la podéis tapar con papel aluminio).
6. Preparamos el almíbar de miel; ponemos la miel, el zumo de limón y el agua en un cazo y dejamos hervir a fuego lento unos 5 min. Reservamos.
7. Cuando la masa esté cocida, la sacamos del horno y la bañamos con el almíbar de miel. La dejamos enfriar y luego la cortamos por las líneas marcadas para dividirlas en baklavás.
2 cositas antes de irme: La pasta filo se puede encontar en algunos supermercados como Alcampo, Hipercor en la zona donde venden hojaldre, masa quebrada... y también en carnicerías árabes. Aquí os dejo un foto para que os hagáis una idea.
Hola soy Salma vaya pinta que tiene, tan doradita ummmmmh
ResponderEliminarHola! qué pinta tan rica! Tengo una pregunta, durante cuánto tiempo se pueden conservar estos dulces. Me gustaría hacerlos para una fiesta que tengo el sábado y quería saber si puedo realizarlos con antelación.
ResponderEliminarMuchas gracias